Todos sabemos y hemos visto personas que nos encantan y
apasionan por su manera de hablar, y no solo por su mensaje sino por el modo en que sus palabras llegan y resuenan
en nuestras mentes y corazones, con su magia ellos nos invitan a seguir escuchándolos.
¿A quién no se le encoje el corazón cuando escucha a Martin
Luther King en su célebre discurso “yo tengo un sueño”?. ¿O cuando Barack Obama llena
de esperanza al pueblo norteamericano y les dice ¡Si, podemos!? No termina de
decirlo cuando miles de voces estadounidenses unidas en el mismo espíritu, alzan sus voces, gritando de jubilo:
“YES, WE CAN” “YES, WE CAN”.
Son personas que nos
inspiran, nos motivan, que dejan una huella positiva en nuestras vidas.
Como todo en la vida hablar en público es una capacidad que
se aprende. Se puede seducir al auditorio empleando la oratoria y captando la atención
de las personas a quienes les hablamos.
Para ser un
comunicador de ideas es importante tener en cuenta muchos factores: el tono de
nuestra voz, la velocidad del habla, el lenguaje no verbal y en especial cual
es el mensaje que queremos transmitir.
Nuestro
público no debe simplemente irse con
ideas, o palabras vacías, sino con una reflexión, un contenido que apele a lo
racional pero también a ese contenido que emociona, que nos deja pensando y que
por más que pasen los años jamás se olvida. El buen comunicador “toca” a su público,
llega a su corazón. Ese es el arte de la
oratoria.
Te invitamos a sumarte a nuestro taller de oratoria.
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